lunes, 7 de mayo de 2012

UN SALUDO PARA EL CIELO




Tengo un hijo sin parirlo
que es todo para mi
es mi alegría y mi pena
es mi razón de vivir
hoy dedico este recuerdo
a una sencilla mujer
que se fue temprano al cielo
sin ver su hijo crecer.
Su hijo aunque muy pequeño
aun conserva en su memoria
muchos pequeños detalles
y un pañuelillo de novia.
De su madre es el pañuelo
y lo tiene muy cuidado
y una piedra con su nombre
en un estuche guardo.

Y se pone ha hablarme de ella
y a mi se me abren las carnes
cuando veo con la ternura
que me habla de su madre.
La pobre se fue muy joven
yo de corazón lo siento
siempre la tengo presente
al rezar cuando me acuesto.
Asomarte amiga mía
a la ventana del cielo
y no dejes de velar
por el hijo que tenemos.
Por circunstancias especiales
nos necesita a las dos
a mi para que lo cuide
y a ti para que intercedas
por nuestro hijo ante dios.

ROMANCE DE LOS PESTIÑOS



Una madre y una hija
la otra era hermana y tía
siempre que se hallaban juntas
la juerga estaba servía.
En un día de diciembre,
vísperas de Navidad
se ponen a hacer pestiños
para luego disfrutar,
la una que pone el vino
el azúcar y canela
la otra pone la harina
el aceite y la candela
y cuando estuvieron hechos
dispuestas a descansar
se trincan una botella
con mojama y algo más.

Para llevar los pestiños,
llevaban una gran caja
ven la cesta de la otra
y se quedan encantadas,
¡Cambia niña los pestiños!
dice la madre a la hija
que se quede aquí la caja
que la cesta es mas bonita
la otra sin enterarse
porque piripi ya estaba
se llevan por fin la cesta
y allí se quedó la caja.

POR HARTARSE DE HABICHUELAS




Una vecina en mi calle
anoche serían las dos
daba gritos encogía
porque se sentía un ruido atroz
tocan arrebato
avisaron al cuartel
temblaba hasta el gato
ya veréis por lo que fue.

Mi suegra cenado
de habichuelas se atraco
y estuvo zambombeando
y trompeteando
hasta que amaneció