Una
madre y una hija
la
otra era hermana y tía
siempre
que se hallaban juntas
la
juerga estaba servía.
En
un día de diciembre,
vísperas
de Navidad
se
ponen a hacer pestiños
para
luego disfrutar,
la
una que pone el vino
el
azúcar y canela
la
otra pone la harina
el
aceite y la candela
y
cuando estuvieron hechos
dispuestas
a descansar
se
trincan una botella
con
mojama y algo más.
Para
llevar los pestiños,
llevaban
una gran caja
ven
la cesta de la otra
y
se quedan encantadas,
¡Cambia
niña los pestiños!
dice
la madre a la hija
que
se quede aquí la caja
que
la cesta es mas bonita
la
otra sin enterarse
porque
piripi ya estaba
se
llevan por fin la cesta
y
allí se quedó la caja.
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